jueves, 6 de agosto de 2009

Apuntes sobre el Rito de Emulación (II)


A partir de 1816 la Logia de Reconciliación nunca fue formalmente disuelta, más bien se quedó sin trabajo, ya que inmediatamente se formaron logias de instrucción para transmitir el ritual y los procedimientos nacidos de la Unión. La primera de éstas fue la Logia de Estabilidad (Stability Lodge), fundada en 1817, a la que siguió la Logia de Emulación (Emulation Lodge), fundada en 1823. Ambas perduran activas y hay opiniones según las cuales los trabajos de Stability serían incluso más ortodoxos que los de Emulation.

Las logias de instrucción, por aquel entonces (y también ahora), necesitaban ser apadrinadas por una logia regular que garantizase la corrección de las enseñanzas y como Emulación había decidido admitir solo a maestros masones tuvo dificultad para encontrar un patrocinador; así fue hasta que la Logia de la Esperanza (Lodge of Hope nº 7) en su reunión de 27 de Noviembre de 1823 acordó: “..aceptar la consagración de una Logia de Instrucción, llamada Logia de Emulación, que actualmente se reúne cada viernes en el Old Red Lion de Cavendish Street’. Cuando la Logia de la Esperanza tuvo dificultades en 1830, asumió el patronazgo del rito de Emulación la Lodge of Unions nº 256, el 20 de Abril de ese año, manteniéndole hasta la actualidad.

Los trabajos en Emulación reciben el nombre de la Emulation Lodge of Improvement, cuyo Comité es el custodio de este ritual en particular y bajo cuya autoridad fue publicado por primera vez oficialmente en forma escrita en el año de 1969. La Logia de Perfeccionamiento, como sería su nombre en castellano, se reúne cada viernes, a las 18:15 pm, desde Octubre hasta Junio en el Freemasons’ Hall de la Great Queen Street en Londres desde 1865 (anteriormente lo hacía en la Freemasons’ Tavern) y realiza sus trabajos y conferencias en este Rito.

La Logia de Perfeccionamiento de Maestros Masones, para denominarla por su nombre completo, se reunió por primera vez el 2 de Octubre de 1823. Fue creada específicamente para Maestros Masones con el fin de dar instrucción a aquellos que querían prepararse para ser Oficiales de Logia en su camino de progresión hacia la Silla del Rey Salomón, el puesto del Venerable Maestro. Los fundadores de esta Logia procedían principalmente de las logias de instrucción Burlington y Perseverancia, formadas en 1810 y 1817 respectivamente; ambas enseñaban el nuevo ritual aprobado por la G. L. U. I. pero su dedicación se concentraba en trabajar en primer grado e instruir a los candidatos.

La instrucción en los primeros tiempos se impartía exclusivamente por medio de lecturas o conferencias masónicas de acuerdo con el sistema de la “Grand Stewards’ Lodge” o la Logia de los Administradores, cuyas charlas describían detalladamente las ceremonias. Estas lecturas, en forma de catecismo con preguntas y respuestas, contenían una detallada descripción de las ceremonias junto con aclaraciones adicionales y otros temas simbólicos. El sistema se componía de una Primera Lectura con siete secciones, una Segunda con cinco y una Tercera con tres. Durante los años treinta del siglo XIX, siguiendo una práctica ya generalizada entonces, se abandonó este sistema y las ceremonias fueron también celebradas, en el sentido de representadas o escenificadas.

Las formas rituales para uso de la nueva G. L. U. I., tal como quedaron definidas por la Logia de Reconciliación especialmente fundada para establecerlas, se han mantenido prácticamente sin cambios de relevancia desde su aprobación en 1816. Ya bien avanzado el siglo XX, en diciembre de 1964, se permitió que las Obligaciones de los tres grados se tomaran con una redacción alternativa, pero algo más significativo se produjo todavía más recientemente, en concreto el 11 de Junio de 1986, cuando la Gran Logia resolvió ‘...que todas las referencias a los castigos físicos deben ser omitidas de las Obligaciones tomadas por los candidatos en los tres grados, así como por el maestro elegido con motivo de la instalación, si bien han de ser mantenidas en el resto del ritual de las respectivas ceremonias...’. Esta resolución representa el cambio más importante introducido en el Rito de Emulación desde que fue aprobado en la fecha y forma descritas.

Desde el principio, el Comité de la Logia de Perfeccionamiento ha fijado su objetivo en asegurar la práctica de unas formas rituales aprobadas y no permitir modificaciones a las mismas. De hecho, las ceremonias actuales en esta Logia son exactamente iguales a las practicadas desde casi 200 años atrás, cuando fue consagrada, y tal como han sido aprobadas por la G. L. U. I., ya que sólo a ella se le reconoce autoridad para alterar o modificar lo que ella misma aprobó, de forma que su misión, a falta de otra autoridad delegada, es mantener sin cambios un Rito que les fue transmitido verbalmente por sus predecesores. El prestigio de esta Logia de Instrucción y, por consecuencia, del procedimiento de trabajo que conserva, es decir, el Rito de Emulación, está soportado por la fidelidad al mismo y la seriedad y compromiso en el mantenimiento de su pureza sin aceptar alteraciones o errores en su transmisión verbal a lo largo de los años.

Debe aclararse, no obstante, que siendo la Logia de Perfeccionamiento exclusivamente para Maestros Masones, y solamente ellos pueden asistir, hay aspectos del ritual que allí no tendrían sentido, como por ejemplo el requerimiento a los hermanos aprendices y compañeros para que abandonen el Templo antes de elevar los trabajos a grados superiores. Al editar en forma escrita el texto para aquellas logias del mundo masónico que trabajan en los tres grados, tuvieron que tenerse en cuenta este y otros condicionantes.

Actualmente hay muchas formas de trabajar en Masonería, podría decirse que casi tantas como Logias, así como muchos procedimientos con muy variados nombres, sin embargo, el rito de Emulación adoptado por la Gran Logia de España coincide básicamente con el mantenido por la Emulation Lodge of Improvement desde su consagración.

Conviene explicar que hay una diferencia de matiz entre procedimiento y ritual, que no significan exactamente lo mismo y, como la palabra ritual no se menciona en las constituciones inglesas, debe entenderse que un procedimiento es una particular aplicación en un determinado Taller de un ritual establecido, lo que, por extensión, significa que cada logia tiene libertad de definir esa particular aplicación siempre que no incumpla las reglas de la propia Constitución o vaya contra los Landmarks reconocidos. De hecho, la Regla 155 del Book of Constitutions de la G. L. U. I., dice: ‘Los miembros activos de una Logia debidamente constituida tienen el derecho indudable de regular sus propios procedimientos, siempre que sean consistentes con las reglas generales del Arte’.

En el aspecto cualitativo, podría decirse que el Rito de Emulación es más místico y menos dramático en sus representaciones si se compara con otros ritos que podemos contemplar bajo la Obediencia de la Gran Logia de España. En el aspecto cuantitativo, dicho sea metafóricamente, el ritual comprende las ceremonias de apertura y cierre en los tres grados, las de iniciación, pase y elevación, así como la de instalación del Venerable Maestro, junto a otras complementarias como las de suspensión y reanudación de los trabajos.

Con referencia a la disposición física de las logias, cabe decir que el Taller o Templo debería ser idealmente un espacio alargado en forma de dos cubos perfectos, lo que dimensiona una superficie plana del doble de largo que de ancho. El centro de este espacio ha de estar cubierto por un tapiz de dibujo ajedrezado, con cuadros blancos y negros y bordeado por una cenefa dentada; naturalmente, alternativas similares son también válidas. Fuera de esta área se emplazan tres pedestales para el V. M., el Primer y el Segundo VV., situados respectivamente a Oriente, a Poniente y al Mediodía. Asimismo, el Sec. y el Tes. se sientan en el Norte frente al S. V., mientras que el P. D. estará sentado ‘a la derecha o no muy lejos de la derecha del V. M. y el S. D. lo hará a la derecha del P. V.. Hay un G. Interior (cuya figura aparece por primera vez allá por 1814) que estará sentado junto a la entrada de la Logia, y un G. T. o Retejador situado al exterior.

Los nueve descritos constituyen los oficiales regulares de una Logia de Emulación, aunque cuando hay maestros suficientes se cubren también oficios como los de Hospitalario o Capellán, Director de Ceremonias, etc.

En teoría, el Tablero de Trazo o Cuadro de Logia correspondiente a cada grado se ha de situar en el centro del tapiz donde pueda ser visto por todos los presentes, pero en la práctica se sitúa apoyado en el pedestal del Segundo Vigilante. La deambulación en Logia se debería hacer por fuera del tapiz o su equivalente, evitando pisar el Tablero de Trazo que en tiempos pasados se pintaba en el suelo del Taller, al principio de la Tenida, para borrarlo al final de los trabajos; la dirección de los giros ha de ser siempre de Oriente a Poniente por el Mediodía, tal como hace el Sol en su trayectoria.

No hay lugar ahora para hablar de las ceremonias de iniciación, pase o elevación, aunque sí cabe insistir en el carácter más espiritual que tiene Emulación, menos cargado de simbolismo aparente y directo, en beneficio de una mayor posibilidad de que los iniciados en él aprovechen esta característica para la reflexión más profunda y la interiorización de sus enseñanzas sin la posible distorsión producida por las apariencias de forma que se dan en otros ritos.

Durante la Iniciación se nos enseña que la Masonería es ‘...un sistema peculiar de moral, enseñado mediante símbolos, bajo el velo de las alegorías’. Esta es la más clara alusión a cual ha de ser nuestra fuente de inspiración masónica en el camino de la perfección personal que emprendemos con la iniciación. Cuanto más se profundice en el conocimiento del ritual, hasta incluso su memorización, más utilidad obtendremos de sus alegorías y símbolos y más trascendencia consciente o subconsciente tendrá sobre nuestro comportamiento en todos los órdenes de la vida, tanto masónica como profana.

Quede como pensamiento final el recordatorio de que el ritual está para ser estudiado y extraer enseñanzas de él, pero también y principalmente para practicarse en los talleres con la asidua presencia, siendo éste un derecho al mismo tiempo que un deber de masones.

Referencias:

Emulation – A ritual to remember. Colin F.W. Dyer. 1ª edición1973. Reimpreso en 1995.

Masonic Ritual. A commentary on the Freemasonic Ritual. Dr. E.H. Cartwright. 3ª edición 1985.

The Freemason at Work. Harry Carr © 1976. Reimpreso en 1981.

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